Filandón (Noroeste leonés): Babia / San Emiliano: Ni palo ni mano.

Música española del Siglo de Oro
1.- Zarabanda (anónimo)
2.- Marizapalos (Francisco Guerau)
3.- Tarantela (anónimo)

El 19 de agosto ocurrió en San Emiliano el concurso VIII Concurso del MASTÍN DE BABIA organizado por SOCALE Asociación Mastín de Babia e incluido en el calendario del XXI CAMPEONATO DE MASTÍN.

Horas antes, en la tarde del sábado y en el patio de armas del Palacio de los Quiñones de Riolago -futura sede administrativa del Parque Natural de Babia y Luna cuya declaración no parece llegar nunca- escuchamos la lección que, con el título de El mastín leonés: siete siglos velando merinas, impartieron Manuel Rodríguez Pascual (veterinario, ingeniero agrónomo, investigador del CSIC, profesor de la ULE y autor de trabajos tan celebrados como La trashumancia, cultura, cañadas y viajes o De Babia a Sierra Morena: viaje ancestral por la Cañada Real de La Vizana o de La Plata y otras vías pecuarias) y los expertos de la Real Sociedad Canina de España Luis Esquiro Bolaños y Félix García. Abrió el acto el catedrático Carlos González Antón, presidente de la Asociación Montaña de Babia y Luna.

Rocas de Babia

Flanqueada por las cumbres del macizo de Ubiña, he aquí a la fermosa hembra

Roca de Babia, criada por Manuel Geijo de La Majúa

y reconocida como la campeona absoluta de todas las categorías.

Al mastín, ni palo ni mano.

Empezó Manuel Rodríguez Pascual su charla de Riolago remontándose a antiguos hitos en la historia del mastín: a 14.000 años atrás, cuando ocurre la domesticación, cría y educación de la especie guardiana de los ganados en tierras de Mesopotamia, el actual Irak. A la muy posterior arribada de estos animales hasta el occidente, acaso traídos por las migraciones indoeuropeas, quizá por los comerciantes fenicios. Y al siglo XIII con la fundación de La Mesta que estudia y elige la oveja merina por su valiosa lana, busca la mejora de sus cualidades y adopta al mastín como el más seguro custodio.

El carea es un perro que se incorpora a la trashumancia hace poco tiempo. Su función es totalmente ajena a la del mastín. El pequeño pero atosigante carea, con fuerte instinto de acecho y caza, está vinculado al pastor, es su colaborador directo -expone Félix García. El mastín, por el contrario, está vinculado a las ovejas. Es su guardián. Por eso el pastor no mantiene con el mastín más relación que la profesional. Al mastín, ni palo ni mano. Así lo resume el ponente.

De las charlas en Riolago, en cuanto a características o cualidades del mastín, tomé algunos apuntes. Se valora en él la fortaleza y resistencia física, las buenas proporciones -sólido y gran caminante-, el tamaño -el lobo no ataca a aquello que no considera una presa ni le interesa un enfrentamiento con un perro de estampa tan soberbia-, la buena boca -no para el ataque sino como síntoma de salud-, la enorme papada -el lobo mata por asfixia y la papada del mastín dificulta que alcancen su tráquea-, la austeridad -frugal como el pastor, se conforma con pan y chicharro (*)-, el instinto protector, el timbre y potencia del ladrido -el lobo se deja ver desde lo alto, evalúa la expresión sonora del mastín y decide si conviene esperar al momento oportuno o largarse definitivamente con la música a otra parte.

(*) Masa de carne, sebo y hueso molido.

Actualmente los mstines se alimentan con piensos.

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Seguidamente van unas cuantas fotografías. Mientras las tomaba, no tuve tiempo de anotar los nombres de los vencedores en las diferentes categorías. Sí sé que José Manuel Moncó, de Villablino, Luis María Fernández, de Caboalles de Abajo y Enrique López, de Rioscuro, lograron primeros premios.